REALIDAD: Una reacción alérgica puede ocurrir a un alimento sin ingerirlo.
Cuando hablamos de alergia alimentaria, lo primero que pensamos es que hay una reacción si la persona ingiere el alimento y que al eliminarlo de su alimentación estará a salvo. Sin embargo, dependiendo de la sensibilidad de cada uno, las alergias alimentarias pueden manifestarse no solo a través de la ingestión, sino también a través de la inhalación o el contacto de la piel con alérgenos alimentarios (1,2).
Es importante comprender cómo evitar el alérgeno para evitar que se produzcan reacciones alérgicas (3).
Reacción alérgica a los alimentos por ingestión (oral)
Comer un alimento alergénico o que haya sido contaminado de forma cruzada con el alérgeno es la principal causa de reacciones graves (3,4). Otras formas de ingestión pueden ocurrir a través de la saliva, por ejemplo, a través de un beso cuando la otra persona ha ingerido el alérgeno, o en medicamentos que contienen el alérgeno (2,3).
Reacción alérgica a los alimentos por contacto con la piel (tacto)
El contacto de un alérgeno alimentario con la piel puede causar síntomas desde localizados en la piel hasta síntomas más severos y generalizados (3,6).
Las reacciones de contacto pueden ocurrir no solo a través del contacto directo con la piel del alimento, sino también a través de un beso o toque de otra persona que haya estado en contacto con el alimento alergénico, o a través de otros productos (por ejemplo, cosméticos, productos de higiene, plastilina, globos) que contienen el alérgeno en su composición (2).
Reacción alérgica a los alimentos por inhalación (respiración)
En algunos casos, pueden ocurrir reacciones alérgicas cuando las proteínas de los alimentos se inhalan a través del aire (3,4). Las manifestaciones clínicas pueden variar desde una reacción respiratoria o cutánea hasta una reacción sistémica que puede ser fatal (5). Ocurren, por ejemplo, cuando durante la cocción de un alimento alergénico el vapor liberado contiene proteínas de ese alimento (2,3,4); cuando se manipulan alimentos en polvo (harina, leche en polvo), o cuando se trituran, machacan o muelen alimentos, también se liberan partículas de esos alimentos al aire (3).
Precauciones importantes para evitar reacciones alérgicas:
Cuando esté cerca de alguien que tenga una alergia alimentaria, evite comer cualquier cosa que contenga el alérgeno en cuestión. Si lo hace, lávese las manos y la boca después para evitar reacciones al tocarlo.
No comparta cubiertos, platos, vasos o servilletas que puedan haber estado en contacto con el alérgeno (3).
Si un alérgeno entra en contacto con su piel, lávelo para evitar tocarse accidentalmente la boca, los ojos o la nariz (donde puede causar una reacción más grave). Por esta razón, es importante lavarse las manos antes de comer o tocarse los ojos, la nariz o la boca, especialmente en niños pequeños (3).
En el caso de personas muy sensibles, se debe evitar la inhalación de vapor en las zonas donde se manipulen o preparen alimentos que contengan el alérgeno en cuestión (1).
En Fidu desarrollamos recetas alternativas para crear productos más parecidos a los tradicionales, para que todos los familiares y amigos, con o sin alergias, puedan compartir y consumir sin distinciones ni preocupaciones. Los productos Fidu no contienen los 14 alérgenos principales ni trazas, y pueden ser manipulados, preparados y consumidos por todos, incluso los más sensibles.
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(1) Investigación y educación sobre alergias alimentarias (FARE). Su guía práctica de alergias alimentarias. 2015.
(2) Grupo de Interés de Alergias Alimentarias SPAIC. Alergia alimentaria: conceptos, consejos y precauciones. Editado por Célia Costa et al., 1.ª edición, Thermo Fisher, 2017.
(3) Pistiner, Michael y Jennifer LeBovidge. Vivir con confianza con alergia alimentaria: una guía para padres y familias. Segunda edición, Food Allergy Canada, 2015.
(4) Padua, Inês, et al. Alergia Alimentaria En Restauración. Programa Nacional de Promoción de la Alimentación Saludable, Dirección General de Salud, 2016.
(5) Ramírez, Daniel A. y Sami L. Bahna. “Hipersensibilidad alimentaria por inhalación”. Alergia clínica y molecular, vol. 7, 2009, págs. 1–6.
(6) Tan, Belén M., et al. “Alergias alimentarias graves por contacto con la piel”. Annals of Allergy, Asthma and Immunology, vol. 86, núm. 5, 2001, págs. 583–86.
Es importante comprender cómo evitar el alérgeno para evitar que se produzcan reacciones alérgicas (3).
Reacción alérgica a los alimentos por ingestión (oral)
Comer un alimento alergénico o que haya sido contaminado de forma cruzada con el alérgeno es la principal causa de reacciones graves (3,4). Otras formas de ingestión pueden ocurrir a través de la saliva, por ejemplo, a través de un beso cuando la otra persona ha ingerido el alérgeno, o en medicamentos que contienen el alérgeno (2,3).
Reacción alérgica a los alimentos por contacto con la piel (tacto)
El contacto de un alérgeno alimentario con la piel puede causar síntomas desde localizados en la piel hasta síntomas más severos y generalizados (3,6).
Las reacciones de contacto pueden ocurrir no solo a través del contacto directo con la piel del alimento, sino también a través de un beso o toque de otra persona que haya estado en contacto con el alimento alergénico, o a través de otros productos (por ejemplo, cosméticos, productos de higiene, plastilina, globos) que contienen el alérgeno en su composición (2).
Reacción alérgica a los alimentos por inhalación (respiración)
En algunos casos, pueden ocurrir reacciones alérgicas cuando las proteínas de los alimentos se inhalan a través del aire (3,4). Las manifestaciones clínicas pueden variar desde una reacción respiratoria o cutánea hasta una reacción sistémica que puede ser fatal (5). Ocurren, por ejemplo, cuando durante la cocción de un alimento alergénico el vapor liberado contiene proteínas de ese alimento (2,3,4); cuando se manipulan alimentos en polvo (harina, leche en polvo), o cuando se trituran, machacan o muelen alimentos, también se liberan partículas de esos alimentos al aire (3).
Precauciones importantes para evitar reacciones alérgicas:
Cuando esté cerca de alguien que tenga una alergia alimentaria, evite comer cualquier cosa que contenga el alérgeno en cuestión. Si lo hace, lávese las manos y la boca después para evitar reacciones al tocarlo.
No comparta cubiertos, platos, vasos o servilletas que puedan haber estado en contacto con el alérgeno (3).
Si un alérgeno entra en contacto con su piel, lávelo para evitar tocarse accidentalmente la boca, los ojos o la nariz (donde puede causar una reacción más grave). Por esta razón, es importante lavarse las manos antes de comer o tocarse los ojos, la nariz o la boca, especialmente en niños pequeños (3).
En el caso de personas muy sensibles, se debe evitar la inhalación de vapor en las zonas donde se manipulen o preparen alimentos que contengan el alérgeno en cuestión (1).
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(1) Investigación y educación sobre alergias alimentarias (FARE). Su guía práctica de alergias alimentarias. 2015.
(2) Grupo de Interés de Alergias Alimentarias SPAIC. Alergia alimentaria: conceptos, consejos y precauciones. Editado por Célia Costa et al., 1.ª edición, Thermo Fisher, 2017.
(3) Pistiner, Michael y Jennifer LeBovidge. Vivir con confianza con alergia alimentaria: una guía para padres y familias. Segunda edición, Food Allergy Canada, 2015.
(4) Padua, Inês, et al. Alergia Alimentaria En Restauración. Programa Nacional de Promoción de la Alimentación Saludable, Dirección General de Salud, 2016.
(5) Ramírez, Daniel A. y Sami L. Bahna. “Hipersensibilidad alimentaria por inhalación”. Alergia clínica y molecular, vol. 7, 2009, págs. 1–6.
(6) Tan, Belén M., et al. “Alergias alimentarias graves por contacto con la piel”. Annals of Allergy, Asthma and Immunology, vol. 86, núm. 5, 2001, págs. 583–86.